lunes, enero 03, 2011

viernes, julio 30, 2010

La otra


Las otras siempre son las malas de la película, y las oficiales, las legales, las que se pueden presentar en sociedad y compartir techo sin esconderse son las buenas, las sufridas, las víctimas, y a veces también las tontas. Raras veces las oficiales desconocen la existencia de la otra, si es que ésta es de larga duración. Las otras claro que saben de la oficiales, a veces hasta demasiado.

Una vez leí un poema, éste, sin saber de quién era. Lo había escrito Idea Vilariño, esta señora de la foto que mira desafiante. Y muchos más que formaron un libro entero que dedicó a Onetti, J.C en sus diarios. Se conocieron en el 50 y tuvieron un amor tremendo, de idas y venidas, de te insulto y te deseo, de ni contigo ni sin ti. Ella vivió sola, casi siempre, decía que era por elección, que él era celoso y obsesivo y ella necesitaba desarrollar su obra, viajar, vivir por su cuenta. La dictadura le detuvo en el 74, y a su salida de la cárcel se vieron por última vez en Montevideo, pero ya no eran amantes. Tiempo atrás él la amenazó con dejarla si acudía a una asamblea convocada por el asesinato de un profesor del Instituto donde ella trabajaba. Cuando volvió, se encontró una nota llena de insultos y la promesa cumplida. Se vieron una vez más quince años después en Madrid, donde él estaba exiliado. Quince días antes de morir, Onetti le escribe una carta en la que le cuenta que ha soñado con ella, un sueño erótico. La contestación a esta carta llegó cuando Onetti ya había muerto, muerto él. Lo que sintió Idea Vilariño al enterarse de la noticia lo había adivinado al escribir ese poema, Ya no. Para ella fue la dedicatoria de su libro Los Adioses.

Durante todo ese tiempo, toda esa vida, toda esa historia de amor tormentoso, Onetti siempre estuvo casado. Se casó cuatro veces, y el último matrimonio duró 40 años. Él prometió a Dolly que era para siempre, y ella supo que no iba a ser la única, que era absurdo pensar que iba a serlo. Dicen que consintió que Onetti y Vilariño pasasen juntos un día (y su noche) a la semana, nadie quería mentir y nadie estaba engañado. Onetti contaba a Dolly sus encuentros con otras mujeres. Tiempo después de la muerte de Onetti, Dolly concede una entrevista en la que le preguntan por esa visita de Idea a Onetti en Madrid. Ella cuenta que ese encuentro fue muy importante para él, que la Vilariño fue su relación más apasionada, que la poeta era una intelectual a la altura de su marido. ¿Qué se dijeron?, preguntó el periodista. Cuando llegó yo me fui. Estuvieron juntos, solos, contestó Dolly.

Y yo sigo sin saber si esta mujer es la más tonta o la más lista del mundo.

domingo, mayo 23, 2010

I am not a Lostie



Estoy haciendo café, para no perder tiempo mañana. Voy a intentar levantarme para ver en directo el final de Lost. Creo que la serie está más sobrevalorada que Barcelona, pero si después de las seis temporadas, seis, que me he tragado alguien me cuenta el final lo mato. Supongo que será decepcionante, como casi todos los finales, pero me temo que es difícil desembarullar este lío de flashbacks y flashforwards. Muerto Sayid (WARNING: spoiler!) me quedo con Jack, que se ha sacado una oposición y está la cosa muy acuchá. Ya os contaré si he vencido a la fuerza sobrenatural de mi cama.

miércoles, abril 07, 2010

Cuando me levanto


Los de los lunes son los peores. Tengo el horario cambiado y me cuesta asumir que tengo que madrugar de nuevo. Los de los sábados son los mejores, te hacen acordarte de que todavía queda uno al día siguiente. Y si el día está luminoso me despierto de buen humor. Y con ganas de escuchar música y tomar pincho de tortilla. Si no hace bueno me dan ganas de ver una peli. Nunca me he acostumbrado a madrugar, y me da la impresión de que ya no me acostumbro. Así que me pierdo el silencio de las mañanas, el sol que se va haciendo fuerte, los hombres en chándal yendo a comprar el pan y el periódico. Menos mal que me pierdo esto. Me gustaría saber por qué la mañana temprano del fin de semana es fundamentalmente masculina. Como los finales de las noches. Deduzco que dormimos más que los hombres, a lo mejor por eso vivimos más. Tengo perdidas de vivir las horas que van de las 9 a las 11, ya sea por somnolencia o por trabajo.
Iba a seguir pero me ha entrado el sueño. Hasta mañana.

jueves, marzo 11, 2010

In treatment


Es bajita, ciencuentay, pelito corto, gafas. Se sienta detrás de una mesa en un cuarto con luz tenue, y calorcito. Para no faltar al cliché tiene también un diván. Yo no me tumbo porque conociéndome me quedo sopa. Tú te sientas delante de esa mesa, y estableces un monólogo con ella, Emily. Es algo así como una entrevista de trabajo pero en vez de destacar tus virtudes para que te contraten cuentas tus miedos y mierdas varias para que te traten. Parecido pero no igual. Aquí, por ejemplo, puedes llorar, en una entrevista de trabajo queda raro. De vez en cuando haces una pausa para ver si vas bien y te contesta un silencio. No te pregunta, tú no preguntas. Será por eso que abunda tanto la gente que habla y habla de sí misma sin preguntar al de enfrente, porque van a terapia. De hecho la mayoría de los hombres debe ir a terapia.

Tengo que volver esta tarde. Y no me apetece. Nada. ¿Es esto una señal de que no me enfrento a mis problemas? ¿Existe una vida sin zozobras mentales? Supongo que si soluciono ciertas cosas ahora tendré otras distintas por resolver en el futuro. Esto es como tener una visa, que parece útil pero al final siempre estás pagando. Supongo que esto lo he pensado por el dineral que me tengo que gastar en esto. Uf.

lunes, marzo 01, 2010

Salir o no salir


¿Qué es salir para vosotros? ¿Vale que salgas un martes al bar de debajo de tu casa, te tomes una caña, o dos, o tres, y te subas sin más? ¿O tienes que quedar en un sitio específico, pintarte el ojo, plantarte el tacón, ponerte el sujetador súper chulo por si acaso, y volver a partir de las cuatro? Tengo esta discusión con Dorothy desde hace tiempo. Para mí salir es cualquier cosa que te empuje fuera de tu casa, que te haga consumir (alcohol fundamentalmente) y que me sirva para divertirme. Eso suele significar que me paso todo el rato hablando con mis amigas y riéndome todo lo que puedo. Si además de eso, ligas, pues mejor que mejor, pero creo que para ligar te vale lo mismo el martes que el sábado con el tacón. Pues según ella salir es ponerte el escote, el tacón, el rímmel, ponerle intención, y el resultado infalible de esta fórmula básica es la de ligar. Y yo le digo que aunque baje una tarde a la farmacia con una coleta y una camiseta rota llevo intención. Y ella cree que no es suficiente.

La siguiente discusión es la de qué es ligar para cada una, pero eso lo dejo para otro día.

miércoles, febrero 03, 2010

The teacher

Nadie sabe cómo, pero hoy los astros se han alineado y ninguno de mis compañeros puede venir a clase, así que soy la única. Sola. Con él. J.. Llevo el vestido negro, creo que me queda bien. Un compañero me ha visto pasar y me ha dicho que vengo muy elegante, lo que en vocabulario masculino quiere decir que vengo mona, porque desconocen qué es eso de la elegancia. Así que supongo que J. estará encantado de que sea hoy su única alumna, aprovechará para hacerme todos esos comentarios personales que no puede hacerme cuando hay más gente delante, y se dará cuenta de que un rollito spanish le vendría fenomenal en su vida errante. Y yo aprenderé mucho inglés, ya tengo pensado cómo. Lo contaría pero luego tendría que mataros a todos. No sé por qué dice la psicóloga que idealizo la realidad. Me avisan de que viene. Me voy a lavar los dientes para estar preparada cuando me bese.