Los de los lunes son los peores. Tengo el horario cambiado y me cuesta asumir que tengo que madrugar de nuevo. Los de los sábados son los mejores, te hacen acordarte de que todavía queda uno al día siguiente. Y si el día está luminoso me despierto de buen humor. Y con ganas de escuchar música y tomar pincho de tortilla. Si no hace bueno me dan ganas de ver una peli. Nunca me he acostumbrado a madrugar, y me da la impresión de que ya no me acostumbro. Así que me pierdo el silencio de las mañanas, el sol que se va haciendo fuerte, los hombres en chándal yendo a comprar el pan y el periódico. Menos mal que me pierdo esto. Me gustaría saber por qué la mañana temprano del fin de semana es fundamentalmente masculina. Como los finales de las noches. Deduzco que dormimos más que los hombres, a lo mejor por eso vivimos más. Tengo perdidas de vivir las horas que van de las 9 a las 11, ya sea por somnolencia o por trabajo.
Iba a seguir pero me ha entrado el sueño. Hasta mañana.
Iba a seguir pero me ha entrado el sueño. Hasta mañana.